Desde Pimiango podemos contemplar hermosas salidas y
puestas de sol que nos dejaran perplejos por su belleza.
El sol dibuja un camino sobre el mar que parece el camino al cielo desde donde nos contemplan nuestros seres queridos que ya no están entre nosotros, pero que siempre vivirán en nuestro recuerdo.
Lo único que perdura para siempre son estos maravillosos paisajes para disfrute de nuevas generaciones, las personas solo somos pasajeras de un pequeño espacio de tiempo.
El camino que conduce al cielo.